¿Has escuchado hablar del salario emocional?. ¿Sabes qué es lo que motiva y mueve a los trabajadores “camiseteados” por su empresa a que se sientan parte de un todo y logren el anhelado trabajo en equipo?.
En general la creencia popular dice relación con afirmar que el mayor motor motivador de los trabajadores es el salario monetario. Si bien es uno de los más importantes, no es el que define finalmente la adherencia del trabajador a su organización, por lo que compensar su bienestar con actos o gestiones en pro a su felicidad laboral, toma la delantera al momento de definir políticas internas pro personas.
Las necesidades y perfiles de los trabajadores actuales han cambiado.
En esta nueva era los profesionales buscan otros alicientes, donde las condiciones de trabajo sean apropiadas y justas. La percepción del mundo laboral, las responsabilidades y el funcionamiento de los roles está cambiando, y esta transformación viene de la mano con el reconocimiento de las facetas emocionales , junto con la creación de ambientes potenciadores y creativos.
Muchas de las medidas para potenciar el salario emocional no implican un coste para la organización, o su impacto económico no es significativo. Sin embargo en todos los casos su efecto sí que tiene una incidencia considerable en la cuenta de resultados, incrementado el compromiso de los empleados hasta en 4 veces por sobre los escenarios indiferentes a implementarlo.
Los nuevos tiempos implican comenzar a pensar en medidas laborales más flexibles, que impulsen el reconocimiento del trabajo y la autonomía de las tareas para el manejo personal del tiempo y los objetivos. De esta manera los colaboradores se sentirán parte del todo, y dejarán sus mejores esfuerzos en una organización que los valora y considera.
