En un mundo en el que la migración es un proceso cada vez más común, las personas migran por diferentes motivos, en ocasiones motivados por tener mejores oportunidades en la vida, por estudio, trabajo, negocios, etc. En otras ocasiones, las personas se ven forzadas a emigrar por situaciones de guerra, por ser expulsados de sus países por situaciones políticas, religiosas o que las condiciones de vida se vuelven extremadamente inseguras por lo cual las personas se ven obligadas a dejar su país en contra su voluntad. Sin embargo, en todas estas decisiones están involucrados los adultos, que por conflictos, guerras, condiciones de inseguridad se ven obligadas a salir de su país, en otras ocasiones son los padres que en ocasiones deciden emigrar en búsqueda de nuevas oportunidades o por un mejor futuro para sus hijos, sin embargo, en ocasiones son los hijos lo que muchas veces desconocen o no cuentan con la información necesaria para comprender las decisiones tomadas por los adultos, sin lograr en ocasiones comprender la decisión que ha sido tomada y aumentar con ello la sensación de incertidumbre, confusión e inseguridad. En ocasiones resulta difícil comprender para ellos, esto que escuchan frecuentemente “Esto lo hacemos por tu futuro” Lo que en ocasiones lo llevan a sentir que no han sido escuchados, considerados o propiamente informados acerca de la decisión tomada, lo cual puede conllevar a confusión, conflicto y sobre todo a aumentar la dificultad en el proceso de adaptación al nuevo país.
El duelo migratorio es el proceso de asimilación de las pérdidas asociadas a la experiencia migratoria, esto se entiende que el inmigrar conlleva una serie de pérdidas, tales como familia, amigos, lugares, cultura, lengua etc. Los cual será vivido en forma diferente por cada uno de los miembros de la familia y por ello no podemos desconocer el impacto que esto pudiera acarrear en niños, niñas y adolescentes que en ocasiones no han sido parte de la toma de dichas decisiones y que no cuentan con información con respecto al cambio de vida que como familia tendrán, lo cual pudiese aumentar la dificultad por procesar o transitar por el duelo del dejar su país, lugar, familia etc…
Los niños muchas veces dependiendo de su edad y de su desarrollo, no logran tener la misma comprensión de un adulto, de lo que pudiese ser un cambio de país y comenzar una nueva vida en un país con diferencias culturales, sociales y con otro idioma.
A esto se suma que, por lo general, los padres se encuentran lidiando con el estrés propio que significa el migrar, es decir el inicio de una nueva vida, buscar casa, buscar trabajo, comenzar a conocer el sistema y en ocasiones el propio idioma y a veces solos sin contar con apoyo. Por lo tanto, en ocasiones nos encontramos con adultos menos disponibles o atentos de lo que pudiera estar ocurriendo a los hijos, no logrando percibir en ocasiones el vacío emocional que sus hijas o hijos pudiesen estar sintiendo y es aquí donde el niño pudiese comenzar a experimentar cambios en su comportamiento de lo cual hay que estar atento. Podríamos observar:
- Labilidad emocional o que el niño llore sin motivos aparentes.
- También puede que el niño pueda comenzar a presentar enuresis o terrores nocturnos.
- Tendencia a la mostrar mayor irritabilidad y frustración ante situaciones simples, sobre- reaccionando en ocasiones ante situaciones que antes el niño, niña o adolescente no presentaba problemas
- Cambio de apetito, es decir aumento o pérdida de apetito.
- Problemas de inducción de sueño, presencia de pesadillas recurrentes, terrores nocturnos y en ocasiones la presencia de enuresis.
- Cambios de comportamiento, observar si el niño podría presentar estados de rebeldía, agresividad etc. O tendencia a presente
- Desconexión de la realidad, presencia de miedos irracionales e intensos
- Dificultades en el área de atención, concentración o tendencia de aislarse en el colegio.
Estas son algunas señales que frente a que los padres deben tener especial consideración. En ocasiones los padres se encuentran tan preocupados por lograr cierto estado de funcionalidad en la familia y transitar rápidamente en el proceso de adaptación, que se olvida que cada persona tiene diferentes tiempos y los niños y adolescentes también lo tienen. En ocasiones se espera que por ser niños o adolescentes se deberían adaptar rápidamente. Pero la adaptación depende de múltiples variables y es diferente para cada individuo
Algunas recomendaciones a tener en cuenta en este proceso:
- Escuchar, aceptar y validar las emociones y sentimientos que expresan los niños y niñas.
- Acompañar en forma cerca el proceso de integración de los niñas y niños en el colegio, espacios sociales, y en la nueva comunidad en que se encuentren
- Ser sinceros, entregarles información acerca de dónde van a vivir, en qué condiciones, escuchar las expectativas que ellos pudieran tener y llevarla a un contexto de realidad.
- Crear espacios para compartir como familia y conectarse con tradiciones de su propia cultura.
- No olvidar jugar, generar espacios de juego con otros niños, puede favorecer que el niño juegue con otros niños de su misma cultura o con otros niños inmigrantes que se encuentran pasando una misma situación, esto puede generar espacios de expresión y generación de redes de apoyo
- Prestar atención a cambios de comportamiento y cambios emocionales
- Buscar apoyo profesional cuando sea necesario
No debemos olvidar que la familia cumple un rol primordial en el proceso adaptativo de los hijos. Los padres son la red de apoyo primordial y más cercana que tienen los niños y niñas, aún más importante cuando no existe familia extendida o red de apoyo en el nuevo lugar. Por ello es esencial fomentar las interacciones positivas entre los padres e hijos, es fundamental en este proceso que los padres transmitan a sus hijos expresiones que los inviten a sentirse seguros y protegidos, además de generar espacios de diálogo y establecer rutinas, lo que favorecerá en la adaptación progresiva de todos los integrantes de la familia, pero sobre todo de los niños niñas que necesitan de un espacio protector, seguro y de comunicación para una adaptación y desarrollo saludable.
