En la actualidad, podemos encontrar un auge importante en la investigación acerca del apego, un fenómeno en el cual el concepto de “apego”, inicialmente definido por John Bowlby y redefinido posteriormente por Ainsworth, se confunde con el de “vínculo”, siendo utilizados como sinónimos, obviando las diferencias significativas que hay entre ambos conceptos.

La teoría del apego puede adaptarse a diferentes campos de la investigación, explicando el desarrollo infantil y proporcionando clasificaciones precisas de los estilos de apego de los niños, así como información valiosa sobre las representaciones mentales de uno mismo y de los demás. Estos “modelos operativos internos” se van construyendo a partir de las relaciones de apego tempranas (Bowlby, 1989). Estos modelos aportan la información que el niño usará, basándose en sus experiencias tempranas, para imaginar y predecir cómo va a actuar su figura principal de apego y actuar en consecuencia a ello. Estos modelos operativos internos van formando parte de un círculo que opera influyendo entre sí, expectativas y comportamientos del niño. He aquí la importancia de la respuesta sensible y atingente del cuidador hacia las necesidades del niño desde los inicios, a modo de generar una organización interna del niño, “desde afuera”, lo que sentará las bases del psiquismo (mente, mundo interno). Es el andamiaje interno construido a partir de la respuesta sensible del cuidador principal.

En definitiva, la función evolutiva del sistema de apego no es solamente proteger al niño del peligro y garantizar su supervivencia, sino también asegurar la presencia física y emocional incondicional de la figura significativa. La capacidad de esta figura principal de apego para cumplir con estas necesidades, será fundamental en la interacción entre ambos.

El concepto de apego está a la base de los comportamientos y estrategias de relación específicas del niño y los adultos orientadas a cubrir las propias necesidades. La manera en la que la díada madre-hijo gestione la resolución de estas necesidades intrínsecas, va a determinar el tipo de relación de apego que se establecerá entre ellos. En este sentido se diferencia de otras relaciones vinculares que tiene el niño y que no son específicas del sistema definido por John Bowlby.