¿Qué es?
El Dolor Emocional es aquella sensación de sufrimiento que se genera a nivel psíquico, sin mediar un motivo físico. Sus causas son “mentales” y se asocian a la vivencia de alguna experiencia aversiva como la ruptura de alguna relación afectiva importante, desilusiones, desengaños, peleas, conflictos importantes en algún área de tu vida, muerte de un ser querido, etc.

El Dolor Emocional surge como una respuesta adaptativa y funcional a un evento disruptivo o crítico, de la misma forma en que el Dolor Físico surge para darnos a conocer que algo en nuestro estado no anda bien. Nos permite evitar situaciones que generan incomodidad y tristeza o protegernos de ellas; sin embargo, cuando este sufrimiento se cronifica, es decir, se instala de manera permanente y por un tiempo prolongado en nuestra vida, superando nuestras capacidades personales, se requiere abordarlo, trabajarlo y sanarlo. Si hago caso omiso de este dolor podemos llegar a somatizar nuestro sufrimiento emocional en una afectación fisiológica (dolor de espalda, malestar gastrointestinal constante, episodios febriles, cefaleas, mareos, perdida de la sensibilidad de alguna extremidad, etc.) Cuando no logramos gestionar nuestro dolor y no somos capaces de adaptarnos a las nuevas situaciones, nos hacemos vulnerables y propensos al desarrollo de enfermedades, tanto de salud mental como de salud física, por lo que debemos buscar ayuda.

¿Cómo abordar el Dolor Emocional?
Frente a este tipo de dolor lo primero que debes hacer es reconocer su existencia, asumir que está presente, validarlo, permitirte sentirlo, ya que cada experiencia dolorosa supone un proceso de superación.
Luego intenta identificar las emociones que surgen con tu sufrimiento y los eventos que lo generaron.
Permítete expresar esas emociones y canalizarlas de forma adecuada, recuerda que se no se trata de lo que sientes, sino de lo que haces con lo que sientes.
Busca alternativas al motivo de tu sufrimiento y date permiso para experimentar nuevas experiencias.