De lo que sí podemos tener certeza es que, en esta vida, pocas cosas o (casi) nada son seguras. Al menos, como dice el famoso dicho “lo único permanente en la vida es el cambio”.
En un mundo en el que cada vez más buscamos tenerlo todo bajo control, nos cuesta gestionar y aceptar que la incertidumbre forma parte de nuestra vida y que es imposible tenerlo todo controlado.
La incertidumbre es una reacción normal y adaptativa ante una situación imprevista, y como tal tiene una función, que es la de ayudarnos a poner en marcha planes de acción para afrontar esa situación incierta.


CUANDO EL MIEDO ACOMPAÑA LOS CAMBIOS


Es aquí donde empieza nuestra mala relación con la incertidumbre. Porqué al final, lo que ocurre cuando no sabemos lo que va a suceder, cuando acechan cambios, cuando el futuro incierto toma el control de nuestras vidas, el miedo empieza a tener un papel protagonista.
Según distintos estudios cuando aparece la incertidumbre y, por ende, esta necesidad de control, el cerebro procesa los síntomas de la ansiedad de la misma manera que se relaciona con la incertidumbre, liberando así una gran cantidad de noradrenalina que afecta a nuestro sistema nervioso, generando muchísimo malestar emocional.

Pocas cosas nos estresan tanto como no saber qué pasará: Siempre nos tranquiliza tener la sensación de controlar lo que ocurre a nuestro alrededor pues nos da seguridad y estabilidad; pero, cuando las circunstancias nos demuestran que esto no es posible nos sentimos vulnerables, aparece el miedo, el malestar emocional y en ocasiones también el bloqueo; entendido como la falta de decisión y, por tanto, de acción, sumergiéndonos también en un círculo constante de preocupaciones y pensamientos negativos que solo nos generan más ansiedades, impidiendo que pasemos a la ACCIÓN, que es paradójicamente la única forma de hacer que desaparezca.

Es decir, si queremos disipar nuestros miedos y dudas con respecto al futuro, la mejor manera de hacerlo es actuando; aún a pesar de no tener todas las respuestas y sabiendo que hay muchas variables o circunstancias que no están bajo nuestro control.

Asimismo, otra forma de superar el miedo a la incertidumbre es ACEPTANDOLO; aceptar que las cosas son como son y que no podemos tenerlo todo controlado nos permite vivir sin angustiarnos con la falta de certeza; nos ayuda a esperar y a tomar la suficiente DISTANCIA EMOCIONAL para invertir nuestro tiempo y energía en ocuparnos e ir RESOLVIENDO aquello que nos preocupa.

Para ayudarte en el proceso pregúntate también; ¿Qué es lo que te preocupa de la situación que estás viviendo? ¿De qué recursos dispones para afrontarla? ¿Depende de mí esta preocupación? ¿Qué miedo tengo realmente? ¿De dónde nace? ¿Qué puedo hacer realmente que esté en mis manos?

Contestar de una forma sincera a estas preguntas te permitirá tomar algo de PERSPECTIVA y empezar a trazar un plan de acción; en el que a través de acciones concretas te permita ponerte en movimiento y salir de la situación de bloqueo.

Una vez identificado lo que realmente nos preocupa de la situación, será el momento de llevar a la práctica el PLAN DE ACCIÓN. Si bien es cierto que exponerse da miedo y genera ansiedad, solo a través de la propia experiencia podemos darnos cuenta de que pese a que las cosas no salgan 100% como deseamos, somos capaces de adaptarnos a las circunstancias y de comprobar que, casi nunca, nuestras peores pesadillas se cumplen. Así, aprenderás a enfrentar las situaciones que puedan presentarse y te generen inseguridad, pudiendo a la vez gestionar el miedo que se esconde detrás.

A modo de resumen, podríamos decir que vivimos tiempos inciertos, tanto a nivel individual como colectivo, y eso nos desconcierta, nos angustia y, en ocasiones, nos puede paralizar. Pero vivir la vida con plenitud significa, entre otras cosas, tomar decisiones y actuar; aun cuando no tengamos todas las respuestas, y corramos el riesgo de equivocarnos.

No dudes en acudir a un profesional de la salud mental que pueda orientarte si sientes que la sensación de incertidumbre está causando una mala gestión en tu día a día.